Cerca al mar, con su conciencia a solas,

Sobre la playa se quedó dormido,
Y agregan que aquel mar lanzó un rugido
y sepultó al infame entre sus olas.
Hoy bien hacéis, ¡oh déspotas del mundo!
En estar con los ojos siempre abiertos:
Porque el pueblo es un mar, y un mar profundo
Que piensa, que castiga y que iracundo
Os puede devorar, ¡vivid despiertos!
Julio Flórez